martes, 19 de junio de 2012


EL RESCATE DEL SISTEMA FINANCIERO ESPAÑOL

Por Ramón Dávila. Abogado. Presidente de PROMOTUR






  • Resulta incomprensible la irresponsabilidad de Rodríguez Zapatero cuando galleaba, proclamando de forma infantil, que el sistema financiero español era el mejor del mundo.
  • Lamentable situación que nos ha puesto al borde del rescate global de todo el país, con cuanto ello conlleva.
  • Los actuales tenedores de deuda española no verán con simpatía que España se endeude todavía más, razón por la cual, al final, la prima de riesgo subirá y nos costará más pagar la deuda.

El recuerdo de la famosa frase de nuestro anterior presidente del gobierno diciendo que nuestro sistema financiero era el mejor del mundo me produce una sensación mezcla de vergüenza e indignación de como un gobernante puede estar tan lejos de la realidad o ser tan irresponsable. No sabemos exactamente cuál es la expresión que mejor define lo que está pasando con nuestros bancos, incluyendo las antiguas cajas de ahorros que se han convertido en bancos también. Si es recapitalización, es decir la entrada de dinero fresco desde el exterior para aumentar el capital de los bancos y con ello facilitarles su funcionamiento y competividad en los mercados actuales. O si la expresión correcta sería lo que entendemos por rescate, es decir la entrada de dinero vía prestamos al estado para permitir que cumpla sus obligaciones de pago corrientes, que de otra forma dejaría impagadas dando lugar a suspensiones de pagos estatales.

Parece, según el ministro de economía y el presidente del Gobierno que nos encontramos ante una forma de capitalización de los bancos españoles que requieran aportaciones de capital para poder subsistir. La forma en que se lleva a cabo esta operación será el otorgamiento de préstamos en condiciones favorables, mejores que las del mercado según el ministro de economía, por parte del fondo de rescate europeo al FROB español, Fondo de Ordenación Bancaria, el cual, a su vez inyectará capital a aquellos bancos que lo requieran y solo a los que lo necesiten. Que a nuestro juicio son casi todos. Naturalmente a estos bancos se les exigirá el correspondiente plan que asegure teóricamente su devolución, aunque no se sabe por ahora los plazos para la devolución.

La pregunta que cualquier ciudadano se hace ante estos ingentes movimientos de capitales, se está hablando de cien mil euros como máximo, en primer lugar es si realmente es necesario salvar a los bancos o podríamos dejarlos que se hundieran. Y la respuesta, desgraciadamente es que no nos podemos permitir mandar a hacer puñetas a las entidades financieras, en primer lugar porque Europa no nos lo permitiría ya que nuestros bancos deben mucho dinero a los bancos europeos y en segundo lugar porque tampoco podríamos dejar tirados a todos los que han depositado su dinero en los bancos creyendo que eran seguros ni tampoco a los miles de ciudadanos normales que compraron acciones de los mismos.

Otra pregunta, todavía más dolorosa es si es lícito y moral poner este dinero para salvar los bancos mientras que no se puede encontrar para evitar los recortes de los servicios públicos, incluso los básicos y elementales como la salud, educación o el sistema de pensiones. Y la respuesta, desgraciadamente, también es a favor de esta inyección monetaria al sistema financiero porque de no hacerlo tendríamos que salir de Europa puesto que habríamos roto los principios básicos que marca la Unión provocando daños en todos los países. En definitiva, si alguna vez queremos recuperar parte de lo que estamos perdiendo de bienestar social, resulta totalmente necesario hacer que el sistema financiero vuelva a funcionar y que las empresas puedan encontrar ayuda en los bancos para poder financiar sus operaciones corrientes y seguidamente sus inversiones para que estas puedan generar creación de empleo y, en consecuencia, generar más consumo y a su vez más actividad económica.

Es evidente a nuestro juicio que, como siempre, llegamos tarde y que esto se tendría que haber hecho mucho antes, sin haber llegado a esta situación. Por eso, resulta ahora tan incomprensible la irresponsabilidad de Rodríguez Zapatero cuando galleaba, proclamando de forma infantil, que el sistema financiero español era el mejor del mundo. Pues bien, no solo no era el mejor del mundo sino que realmente tenía los pies de barro. Hasta tal punto que su lamentable situación nos ha puesto al borde del rescate global de todo el país, con cuanto ello conlleva. El papel del gobernador del Banco de España es también para pedirle alguna responsabilidad.

Cabría preguntarse cuáles son las razones para que nuestro sistema financiero esté tan mal. Hay que ser objetivos, porque algunas de estas razones tienen su origen fuera de nuestras fronteras y se refieren a la propia crisis financiera internacional. No olvidemos que la principal característica de la famosa crisis que nos ha tocado vivir es precisamente el aspecto financiero. 

Recordemos que la crisis empezó con la caída de Lheman Brothers y otros bancos intoxicados en Estados Unidos. Otras razones, sin embargo, están directamente relacionadas con nuestro país. Una de ellas es, como todo el mundo sabe, la excesiva dependencia de los bancos, y especialmente cajas de ahorros, respecto del sector inmobiliario tanto en la compra directa de suelos como en la adjudicación de préstamos sobre suelos, promociones inmobiliarias o viviendas a consumidor final. Otra de las razones es, sin duda alguna, el desastre de gestión que los políticos en general han realizado en los últimos años sobre las cajas de ahorros. Con independencia de la ley estatal de las cajas, cada autonomía ha dictado su propia legislación regulando sus cajas de ahorro, desplegando una total dominación sobre las mismas en su territorio. Hay que decir que la única que se ha salvado de este desastre es la Caixa de Barcelona. Todas las demás han caído bajo las garras de los partidos políticos, básicamente los dos mayoritarios pero con la complicidad de los minoritarios que no han dicho ni pío en los últimos años. Y han convertido unas instituciones saneadas, eficaces y conectadas con la sociedad en el auténtico desastre que vemos hoy. Para ello los partidos han hecho gala de ineficacia e incompetencia, colocando en la gestión de las cajas a sus amigos y colegas políticos, la mayor parte de ellos sin capacidad para gestionar profesionalmente estas entidades.

Y es que, hay que decirlo bien claro, las cajas de ahorro son las que requieren la mayor parte del dinero que el Estado español ha puesto hasta ahora y el que pondrá a través de la ayuda que se ha acordado recientemente con Europa. Esta ingente suma de cien mil millones de euros, eso sí, se ha negociado por el gobierno en muy buenas condiciones pero habrá que devolverla y aunque el gobierno, al prestar a los bancos que necesiten ayuda, imponga unos intereses superiores a los que tienen que pagar el gobierno a Europa, es evidente que el responsable de devolverlo es el propio Estado. También es evidente que los actuales tenedores de deuda española no verán con simpatía que España se endeude todavía más, razón por la cual, al final, la prima de riesgo subirá y nos costará más pagar la deuda.

Al final, todo esto costará mucho a los ciudadanos, más impuestos y menos servicios públicos pero lo que realmente indignante es que los responsables de tanto daño al país se vayan de rositas, así que cada vez somos más quienes creemos que el Banco de España debe enviar a la fiscalía general toda la documentación incluida la reservada de las cajas de ahorros, para que realice una investigación profunda, ejercitando las acciones correspondientes en todos los casos que proceda, que serán muchos, seguro.

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